Todos los días, nuestra máxima, es seguir respetando la tierra, nuestro entorno, la esencia de Montesquius.
Impregnados de “terroir” Montesquius vive en primera persona la necesidad de seguir manteniendo nuestro sistema natural, de seguir cuidando de la tierra que ya nuestros antepasados cuidaron.
En ocasiones, miramos a nuestro alrededor, sin ver, sin sentir, por inercia. El día a día nos empuja y no somos realmente conscientes de lo bueno o lo malo que como ser que habita este planeta damos a nuestro entorno.
Mantener la historia viva, es también mantener el entorno vivo. Todo en conjunto nos aporta esencia, amor a la tierra, vida que nos da vida. El respeto a todo aquello que nos rodea, cielo, mar y tierra vive siempre en Montesquius.
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